miércoles, 23 de marzo de 2011

Fin de un viaje a ninguna parte




Cuando el más apartado rincón del globo haya sido técnicamente conquistado y económicamente explotado; cuando un suceso cualquiera sea rápidamente accesible en un lugar cualquiera y en un tiempo cualquiera; cuando se puedan experimentar, simultáneamente, el atentado a un rey en Francia y un concierto sinfónico en Tokio; cuando el tiempo sólo sea rapidez, instantaneidad y simultaneidad, mientras que lo temporal, entendido como acontecer histórico, haya desaparecido de la existencia de todos los pueblos, entonces, justamente entonces, volverán a atravesar todo este aquelarre como fantasmas las preguntas:

¿para qué?, ¿hacia dónde?, ¿y después qué?

Martin Heidegger

miércoles, 28 de julio de 2010

Prohibir a los politicos en lugar de los toros


Es probable que la Cataluña política, cada día más proclive a la prohibición y al totalitarismo, suprima la tauromaquia por voluntad parlamentaria, sin que esa prohibición responda a demanda popular del pueblo Catalán alguna. Las razones esgrimidas son básicamente dos: la llamada fiesta nacional tortura a los animales, y el espectáculo taurino contraproducente y poco recomendable para una sociedad moderna.

Es curioso, pero aunque aun que yo no sea partidario de los toros, puesto que no me dicen nada, y no veo ningún arte si no más bien una salvajada, y no es más que un negocio redondo para unos, esos mismos argumentos a mi me servirían igual para prohibir a los políticos, causantes de enviar grupos de soldados a la tortura diaria de los soldados españoles en Irán. Primero prohibir las torturas de los soldados en Irán, no enviando tropas, o mejor dicho retirándolas, y luego después los toros si tan dóciles presumen de ser pero son becerros de mente corta, y lengua afilada, y los que pretenden lidiar son ellos a sus propios conciudadanos

sábado, 19 de junio de 2010

Renacimiento


2012

Muerte De Dios

Fin de toda creencia en entidades absolutas.

La pérdida de poder de la iglesia hizo que se propagaran las herejías, que finalmente darían a fines del siglo XVI la Reforma Protestante.

En esta época el Imperio Bizantino se tambaleaba por los Turcos; la economía Europea estaba en crisis y las revueltas se propagaban. Esta etapa de crisis afectó al pensamiento: el escolasticismo de la Edad Media caía en un escepticismo radical. Los primeros pensadores cristianos concedían una primacía al espiritualismo sobre lo material, existía una visión providencialista, el poder de los Papas sobrepasaba al de los Príncipes y esto dio lugar a inicios del Renacimiento a enfrentamientos entre ambos poderes.

Cuando Nietzsche predicaba la muerte de Dios no quería decir que Dios hubiera existido y después hubiera muerto (era absurdo). Nietzsche nunca creyó en la existencia de Dios. Esta tesis señala simplemente que la creencia en Dios ha muerto

Para Nietzsche la creencia en Dios era una consecuencia de la vida decadente, de la vida incapaz de aceptar el mundo en su dimensión trágica; él lo tomaba como una motivación psicológica: la idea de Dios era y es, un refugio para los que no podían aceptar la vida tal y como es, es decir aceptar la realidad.

Nietzsche consideraba que estamos ante un acontecimiento actual: no explicaba las razones históricas que habían dado lugar a la creencia en Dios, ni las que han dado lugar a su descrédito, pero parece indicar que estamos en un tiempo histórico clave pues en él asistimos a su necesario final.

Cuando Nietzsche se refiere a Dios se refiere al dios de la religión, particularmente del cristianismo, pero también a todo aquello que puede sustituirle, porque en realidad Dios no es una entidad sino un lugar, una figura posible del pensamiento, representa lo Absoluto. Dios es la metáfora para expresar la realidad absoluta, la realidad que se presenta como la Verdad y el Bien, como el supuesto ámbito objetivo que puede servir de fundamento a la existencia por encontrarse más allá de ésta y darle un sentido. Todo aquello que sirve a los hombres para dar un sentido a la vida, pero que sin embargo se pone fuera de la vida, es semejante a Dios: la Naturaleza, el Progreso, la Revolución, la Ciencia, tomadas como realidades absolutas son el análogo a Dios. Cuando Nietzsche declara que Dios ha muerto quiere indicar que los hombres viven desorientados, que ya no sirve el horizonte último en el que siempre se ha vivido, que no existe una luz que pueda guiar de modo pleno. Esta experiencia de la finitud, del sentirse sin remedio desorientado es necesario para empezar un nuevo modo de vida.

Con dicha “muerte” podemos vivir sin lo absoluto, en la “inocencia del devenir”. De ahí que la muerte de Dios sea la condición para la aparición y el renacimiento del superhombre.

En la religiones, no hay hechos, solo hay interpretaciones



viernes, 28 de mayo de 2010

La realidad supera la ficción


La Tierra podría ser maciza desde el punto de vista más elemental de la física, pero el efecto de la gravedad haría que fuéramos más chatos que una moneda, y el hecho de ser incandescente y maciza, habría causado millones de años atrás que se partiera en pedazos, más ¿que pasaría con el petróleo y el gas? saldría hirviendo o se habría quemado pues en el centro hay un sol interno con sus dos aperturas polares por dónde salen los rayos del sol que producen el efecto cromático de las auroras boreales en los polos.

A fines del siglo 17, el astrónomo inglés Edmund Halley propuso que la Tierra está compuesta por cuatro esferas concéntricas y también sugirió que el interior de la Tierra estaba poblado de vida e iluminado por una atmósfera luminosa. El pensaba que la aurora boreal, o luces del norte, eran causadas por el escape de este gas a través de una fina corteza en los polos.

A principios del siglo 19, un veterano excéntrico de la guerra de 1812, John Symmes promovió tan ampliamente la idea de esferas interiores concéntricas que la supuesta abertura al mundo interno se denominó “Hueco de Symmes”.

Julio Verne escribió Viaje al Centro de la Tierra en 1864 y Edgar Rice Burroughs
(1875-1950), el creador de las aventuras marcianas y Tarzán de los Monos, también escribió novelas basadas en la tierra hueca. Las leyendas a menudo encienden la imaginación de escritores de ficción y la ficción a menudo enciende la imaginación del pseudocientífico.





miércoles, 14 de abril de 2010

El fugitivo que dibujaba pájaros


He visto acabarse muchas cosas. He visto literalmente caer algunos caserones rurales, abandonados por sus habitantes. He visto cómo el imperio portugués se iba al garete después de haber estado en África durante cinco siglos. He visto desaparecer la vieja familia tradicional, cuando sus miembros se dispersaban para conquistar una vida mejor. Ya sólo quedan unos pocos. Son los guardianes del mundo rural, continúan altivos frente al mundo, desafiantes, pero en realidad no saben qué hacer. El destino los ha ligado a la tierra, pero ya la tierra no la cultiva nadie y ellos no tienen ni siquiera un proyecto de supervivencia.

Lidia Jorge